viernes, 25 de septiembre de 2015

Para no ser victima de estafa - Guardia Civil

Timos en pirámide y esquemas de Ponzi

 
Estafas o sistemas de inversión fraudulentos consistentes en que las ganancias de los primeros inversores se obtienen mediante las aportaciones de los siguientes en lugar de las ganancias o beneficios del negocio propiamente dicho.
El sistema requiere el permanente incremento del número de víctimas.
011-Policía-Judicial-2001
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Timo de la lotería

 
Los autores realizan un envió masivo de correos electrónicos a direcciones obtenidas por Internet. Normalmente los correos proceden de cuentas gratuitas. Utilizan fraudulentamente tanto logotipos reales del Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado ONLAE ("La Primitiva", "El Gordo de la Primitiva", "Lotería Nacional", etc.), como supuestos ("Nacional Loto").
En sus mensajes afirman que el receptor ha sido agraciado con un premio, a pesar que la presunta victima no ha participado en ningún sorteo (se le dice que ha sido seleccionado al azar por medio de su dirección de correo electrónico, o de entre los que han visitado determinadas páginas Web, o explicaciones similares).
El único requisito que hace falta para cobrar el premio es el pago de una cantidad de dinero por anticipado en concepto de pago de impuestos, aranceles, costes de transferencia o similar, para lo cual se facilita una cuenta bancaria o se solicita una transferencia a través de servicios de transferencia de fondos.
Es frecuente también que los autores utilicen los logotipos de empresas aseguradoras o bancarias de prestigio o incluso de algún Ministerio con el fin de "garantizar" la autenticidad de los mensajes. Asimismo los teléfonos de contacto y números de fax se suelen corresponder con teléfonos móviles con tarjeta de prepago.
Ingresada la cantidad de dinero solicitada no se vuelve a tener noticia del premio.
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Trileros

 
La estafa consiste en incitar al público a apostar dinero, en juegos de habilidad que, aparentemente, permiten grandes ganancias y que se ofrecen en plena vía pública, sobre una pequeña mesa. El juego más utilizado consiste en descubrir en qué lugar se esconde una bolita que es tapada por una chapa o vaso. Otras veces se utilizan cartas.
Para que el juego parezca más fácil, en torno a la persona que mueve los vasos o las cartas (el que dirige el juego), hay uno o varios falsos jugadores (ganchos), los cuales aparentemente ganan dinero fácilmente. Al principio, se deja ganar a la persona que inicia el juego, para que, animado por el éxito, juegue una cantidad importante.
El juego se basa en la prestidigitación: la mano es más rápida que la vista, por lo que cuando la cantidad es importante, el autor guardará la bola o carta ganadora fuera de la vista de modo que sea imposible ganar y la víctima pierda irremisiblemente su dinero. Es frecuente en ferias y mercadillos.
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El Tocomocho

 
La estafa suele desarrollarse en lugares de tránsito dónde una persona aborda a la víctima manifestando tener un billete de lotería premiado y que por alguna causa no puede cobrar. El estafador ofrece a la víctima venderle el boleto por menos dinero del que corresponde al premio.
Para dar mayor credibilidad al timo irrumpirá un segundo estafador (gancho) que suele afirmar la autenticidad del premio exhibiendo un listado de boletos premiados en un periódico. Cuando la víctima compra el boleto premiado y va a cobrarlo a la ventanilla de la administración de lotería comprueba que el billete de lotería es falso.
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La Estampita

 
El ciudadano es abordado por el estafador que aparenta tener cierta discapacidad intelectual y le enseña una bolsa que parece estar llena de billetes, incluso pueden verse algunos. El estafador no da ninguna importancia al contenido diciéndole a la víctima que en la bolsa lleva "estampitas" o "cromos" y que en casa tiene muchos más.
En ese momento interviene otro transeúnte, en realidad un segundo estafador que hace de gancho, el cual ofrece a la víctima la posibilidad de engañar al primero comprándole la bolsa por una cantidad de dinero. Sin embargo, el gancho dice no tener dinero para participar en la "compra" de la bolsa. No obstante anima a la víctima a realizar la compra dados los grandes beneficios que le va a reportar. Incluso, el gancho se ofrece para acompañar a la víctima a buscar dinero, al objeto de que no tenga ningún contratiempo.
Una vez que la víctima materializa la "compra" entregando el dinero por la bolsa desaparecen los dos estafadores. Cuando la víctima abre la bolsa comprueba que no contiene billetes sino tacos de recortes de papel.
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El nazareno

 
Las víctimas de la estafa son empresas que suministran mercancías. Los estafadores se instalan en un lugar alquilando un almacén a nombre de una empresa. Empiezan a realizar pequeños pedidos, que se guardan en el almacén y que son abonados en el acto a las empresas suministradoras. De esta manera los estafadores se ganan la confianza de las víctimas.
Seguidamente realizan grandes pedidos de mercancías, diciendo a los suministradores que los pagos los van a realizar en varios plazos. Incluso, pueden llegar a cumplir el primero de dichos pagos. De forma repentina, la empresa desaparece del lugar, llevándose la mercancía y dejando pendiente de abonar las deudas contraídas.
Cuando las empresas de suministros estafadas quieren hacer gestiones para ejecutar el cobro comprueban que la empresa que les hizo los pedidos no existe.

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El instalador

 
Los estafadores se personan en el domicilio de la víctima vestidos con mono de trabajo y presentándose como trabajadores de la empresa instaladora del gas u otro servicio y que vienen a realizar una revisión de la instalación. Aparentan realizar varios trabajos técnicos; normalmente, se limitan a cambiar un trozo de manguera del gas u otra obra menor. Finalizado el trabajo extienden una factura en la que cobran por los servicios no realizados.
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El desahuaciado

 
Suele cometerse mediante la visita al domicilio de la víctima. El estafador se hace pasar por una persona que se encuentra en graves apuros económicos o con graves problemas familiares. En todo caso trata de afectar la sensibilidad de la víctima.
Al final, el estafador explica que para poder subsistir está procediendo a liquidar sus objetos más preciados. En ese momento exhibe un objeto personal valioso (reloj de una marca muy cara, collar, sortija, etc.) y dice que es una joya preciosa, muy valiosa. Ofrece el objeto a cambio de un precio muy bajo en comparación a lo que dice que vale. Cuando la víctima accede a la compra del objeto comprueba que es una baratija.
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Estafas por Internet

 

  • Estafas de pago por anticipado; la víctima es persuadida de adelantar dinero con la promesa de obtener una mayor ganancia posteriormente.
    • Timos de compra online. Una página web anuncia un coche de alta gama. El vendedor afirma que no puede realizar la transacción porque normalmente no está en el país pero ofrece que un conocido suyo traslade el vehículo previo pago de dinero. El coche no existe y no se entregará nunca. La misma estafa puede tener por objeto cualquier bien o servicio (no necesariamente vehículos).
    • Estafas sentimentales, amorosas o de romance. El estafador usa un servicio de citas online o de mensajería instantánea demostrando interés sentimental en la víctima y a veces enviando fotos de una persona atractiva (nunca del estafador). Una vez ganada la confianza propondrá encontrarse pero pedirá dinero con la excusa de pagar el avión, hotel, etc. También puede aducir problemas de salud o estar bloqueado en un país extranjero. También puede decir que dispone de información privilegiada que da acceso a una inversión altamente rentable. En cualquier caso siempre necesita dinero para evitar algún problema.
    • Extorsiones: Hitmen, amenazas, bombas… Un “hitman” es un “asesino a sueldo”, un “matón” o un “gangster”. La estafa consiste en que el presunto hitman nos dirá por correo electrónico que un compañero, rival, competidor etc. le ha ofrecido asesinarnos, pero que él declinará la oferta si le ofrecemos una cantidad igual o superior. Incluso puede ofrecerse para eliminar a su cliente. Otra variedad es amenazar con un secuestro o una agresión o afirmar que se le ha ofrecido colocar un artefacto explosivo, etc. En cualquier caso siempre propone desistir en su empeño si se le ofrece una cantidad superior.
    • Estafas de caridad. El estafador suplanta una organización de caridad solicitando donaciones para catástrofes naturales, ataques terroristas, enfermedades o para atender a una madre o hijo enfermos. Pueden llegar a usarse logotipos de organizaciones prestigiosas. Han sido frecuentes bajo los pretextos del huracán Katrina, el Tsunami de 2004, la lucha contra el cáncer, el SIDA, etc.
    • Ofertas de trabajo falsas. Si ha ofrecido su currículo en varios sitios de Internet es posible que los estafadores hayan recabado sus datos. La estafa consiste en ofrecerle un puesto de trabajo, previo pago, con unas condiciones salariales muy buenas que no son reales puesto que el trabajo ni siquiera existirá.
    • Oportunidades de negocio / Trabaje desde casa. Similar al anterior. Se ofrecen grandes rendimientos o trabajos muy rentables. Siempre se pide una cantidad por anticipado en concepto de permisos, compra de material, etc. En las modalidades más modernas de la estafa se llega incluso a crear una página Web con toda la apariencia de ser una auténtica organización que ofrece realmente el negocio o trabajo.
  • Fraudes de Tarjeta de Crédito. Consiste en crear sitios Web, aparentemente auténticos, de venta de bienes inexistentes o de valor inferior al real, de entradas de conciertos falsas, espectáculos, eventos deportivos (por ejemplo, en 2008, a través de una página Web aparentemente legítima se estafaron más de 50 millones de dólares en entradas falsas para las Olimpiadas de Beijing). El pago se realiza mediante tarjeta de crédito.
  • Phishing. Muy parecido al anterior pero normalmente se realiza a través del correo electrónico o servicios de mensajería instantánea. Se intentan obtener datos sensibles de la víctima, no sólo de tarjeta de crédito sino también claves y nombres de usuario para suplantar su identidad en entidades de crédito y tener acceso a cuentas de correo legítimas desde las que continuar la estafa. Normalmente el funcionamiento consiste en el envío masivo de correos electrónicos (Spam) simulando proceder de una entidad bancaria o de pago por Internet utilizando muchas veces sus logotipos o gráficos originales, y solicitando verificar o confirmar la información de la cuenta de que se dispone en esa entidad.
  • Pharming. Es una variante del anterior; los timadores buscan vulnerabilidades informáticas en sitios Web auténticos para poder direccionar las visitas que se realizan a éstos hacia sus propias páginas Web desde las que obtienen la información de las víctimas.

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